Algunas cosas acerca de la Navidad (y del Amor) Taiwán #2
La Navidad no es más que una celebración que nos recuerda el amor en todo sentido… Definimos la Navidad como tiempo de dar, de familia, y es que de eso trata el amor justamente. Se trata de hacer cercano al prójimo. Se trata de dar, pero más importante, de darse a los demás.
Constantemente estamos huyendo del amor por mil y un situaciones en las que nos hemos sentido decepcionados de mismo. Sin darnos cuenta que realmente el amor no debería decepcionarnos, porque el amor no espera nada a cambio. Se da total y desinteresadamente.
Si bien esto suena fácil, la realidad es otra… Créeme que comprendo y acompaño tu dolor y decepción. Sin embargo no debemos dejar a un lado el amor por daño que una persona nos realizó, pues el amor es más grande que eso.
El amor pasa a ser una decisión de entregarse a algo o alguien. Ya sea a tu trabajo, a tu familia, a tu pareja, al necesitado, o a lo que aplique en cada situación.
El amor termina siendo nada más y nada menos que una decisión imperfecta, sin embargo, perfectible con el tiempo. “El mismo amor se perfecciona a sí solo”
Hay muchas situaciones en la vida que nos gustaría que hubieran sido diferentes. Algunas estuvieron en nuestras manos y otras no. Pero no tiene sentido arrancarnos la cabeza pensando que las cosas hubieran sido diferentes, pues no nos corresponde. No tenemos la culpa de todo lo que nos sucede, sin embargo de lo que si tenemos la culpa, es de no hacer todo lo que podemos con eso. Ya sea resolver o perdonar, disfrutar o compartir, o lo que corresponda a la situación.
Yo sé… Sé que es complejo actuar de la mejor forma ante diversas situaciones… Pero dándolo todo es como podremos encontrar excelencia en el éxito, y paz en el fracaso.
El amor, de una forma u otra, viene a resumir todo lo que en verdad importa hacia con nosotros y hacia los demás.
Define nuestros esfuerzos y actitudes hacia todo, y a final de cuentas, el infierno es ese lugar donde el amor no se hace presente.
Hay que amar, en todo momento y de cada manera posible, pues nada nos hace más grandes que darlo todo por algo todavía más grande que nosotros, que es el amor.
En esta ocasión me tocó estar lejos de mi familia, para forzarme a hacer cercano al ajeno. Se podrá pensar que es triste, más sé que Dios los sigue cuidando. Todos estamos bien y es lo que importa. A cambio, se me otorgó la oportunidad de compartir esta fecha con distintas personas.
Les deseo que en este tiempo de Navidad recordemos de lo que realmente se trata, y podamos cerrar con broche de oro este año. (Tan solo para iniciar otro mejor)
Dios los bendiga eternamente a ustedes y a sus familias.